lunes, 25 de febrero de 2008

Firma Invitada(1): Alvy Singer

No quiero ser pesado con la presentación de nuestra firma invitada. Todos ustedes le conocen, todos ustedes saben de los que es capaz con, según dice la leyenda, 19 años. Con lo cual, me parece que estas líneas que estoy escribiendo son innecesarias, él se merece más. Aquí lo tienen, un titán, un Ultimate, con todos ustedes, desde Mataró, y con un metro no se cuántos de altura...el futuro rey del mundo:

Los Matices por Alvy Singer


La victoria de Javier Bardem ha hecho estallar las estupideces entorno al asesino en serie Anton Chigurh y a esos grandes asesinos que, al parecer, merecen premio. Hay estupideces de todas las casas, por supuesto. Desde el propio Bardem (mi personaje se parece a Bush) hasta la cinefilia exquisita (se trata del mejor asesino en serie desde el lecter de Hopkins) parecen rechazar la fuerza de Chigurh. Por los matices, claro. Porque es divertido y terrorífico, a la vez.

Pero les diré algo: Anton Chigurh no tiene nada de humano. De hecho, es un profeta de la fatalidad. O si lo prefieren otra encarnación más de La Muerte. Ni siquiera es un asesino en serie: es cierto, mata a personas, pero forma parte de una espiral (la Oscuridad, dice Bell) de la que no se puede escapar. Y luego está la otro, respecto a todos los personajes del asesino que buscamos, casi por necesidad: la profundidad. Rob Zombie jugó con esos dos elementos de una forma, casi magistral: agarró al asesino nonprofundo por excelencia (o sea, Michael Myers, encarnación mayúscula del Mal) y le dio profundidad, en realidad un poco más de empatía. ¿Qué tenía más fuerza la máscara o la desesperada búsqueda de su hermana, manchada de sangre? Las dos cosas.

La riña es también algo irrisoria. Lo memorable de un asesino tiene su raíz en su poder icónico (se trata de una invocación invariablemente tonesina), porque su naturaleza ya la conocemos. Y Chigurh en eso, es tan tradicional como Jason Voorhees: tiene un look propio y una arma que le define. Los matices ¡quién los rechazaría a estas alturas!

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