¡Eh, chicos, Dario Argento ha saboteado los telediarios españoles!. En el segundo 0:26 lo pueden observar. Para que luego digan lo malo que es la violencia en los videojuegos, que el gore es inmoral y tal.

jueves, 22 de mayo de 2008

Indy y yo




Extracto de mi artículo sobre Indiana Jones y yo para el Emperador de los helados. Entre en la web de Noel y lean, ya verán el nivel(¡Dónde me habré metido!)

domingo, 18 de mayo de 2008

La Fuga - Asuntos Pendientes


Hay muchas cosas que, consciente o inconscientemente, necesito que me gusten.
La Fuga es una banda de rock funcional, si se me permite la licencia. Estancada en su propio sonido. El cual, si tenemos en cuenta la cantidad de seguidores del grupo, debe ser bueno (relativícenlo si así lo desean).

Asuntos Pendientes repite fórmula cayendo, una vez más, en los Topicazos La Fuga™. Cosa que no debería importar demasiado, pero que resulta realmente molesta debido a letras facilonas que rozan lo autoparódico. Ejemplo:

Naufrago, vomito,
porque te necesito
como el aire a los molinos.

Musicalmente, las guitarras dejan la misma sensación de déjà vu que Negociando Gasolina y las baterías son de lo más simplón y repetitivo hasta la fecha, dejando temas solventes, fácilmente defendibles en directo, pero que no aportan nada significativo.

La cuestión es: ¿por qué, habiendo hecho lo mismo que siempre, esto es peor? Probablemente la respuesta esté en el mismo disco.
La parte media del disco se convierte en un tren de canciones protesta, con letras mucho más trabajadas que los otros temas antes mencionados. "Hoy" parece un puente tendido a los oyentes, con una letra a medio camino y las mismas sensaciones La Fuga©. Mientras que Capital Federal y Villa Miseria parten, musicalmente, más de una canción de Fito que de cualquier otra cosa y que pueden considerarse experimentales (dentro, claro, del estilo La Fuga©)
¿La Fuga haciendo canciones experimentales? ¿Ritmos de reagge?, ¿coros de niños?, ¿baterías programadas? Sigh.

La cosa se queda en un quiero y no puedo, con cosas realmente absurdas y canciones sin chispa porque probablemente no eran lo que el grupo quería hacer.

No es la primera vez que ocurre. Si se quiere hacer un disco experimental no se puede intentar contentar a todo el mundo. Eso es de cobardes, maldita sea.

Corregido y ampliado gracias al gran Togusa.


Empecemos por el principio, ¿les parece? Ahí tienen. El principio.



Primer MOMENTAZO: empieza a sonar Get Up y todo el mundo enloquece. Yo estoy, por supuestísimo, en primera fila. Juliette (oh, Juliette) entra como un torbellino, embutida en unos vaqueros, con una camiseta roja y la pluma en la bandana de la cabeza que le duró puesta aproximadamente un minuto. En diez segundos ya se había recorrido de lado a lado el escenario mirándonos a los ojos, buscando complicidad para lo que viene, que no iba a ser poco.

And my father told me yeah you're the only one
Who can shake up the midnight sky and bring it the sun



El sonido es magnífico. Muy apreciable la fuerza de un Ed Davis entregado en la batería, que sonaba potente y directa al cerebelo. Sin camiseta casi desde el principio. El tío hasta se da un aire a Dave Grohl.
Juliette vive por y para el movimiento y eso se contagia.

Segundo MOMENTAZO: en el punto álgido de 20 year old lover, segundo tema de la noche, Juliette toca el suelo con la espalda y Emilio Cueto (juraría que fue él) se pone a tocar la guitarra entre sus piernas.

Juliette se quita la camiseta y nos enseña su cuerpín probablemente producto de su hiper-hiperactividad. Craig Fairbaugh (sí, el de +44) hace lo propio, dejando al descubierto sus tatuajes. Las dos chicas de mi lado no serán responsables de sus actos en lo que falta de concierto. La cara del (supongo) novio de una ellas es un auténtico poema.

Mucha más caña (Sticky Honey, Killer y Pray for the band Latoya) hasta que llegamos a un par de temas más lentos (Death of a whore, vestida con lentejuelas y un velo negro, e Inside the cage), intercalando la gigante Got love to kill, justo en el momento en el que se necesitaban y que conectaron bien.

Tercer MOMENTAZO: Juliette pide que nos besemos y nos abracemos. La respuesta fue, en principio, fría y a Juliette no se le ocurre otra cosa que darlos ella. A cuatro o cinco personas en la primera fila.

Hot kiss es una cancionzaca tremenda. Sin discusión. Me pegaría con el que dijese lo contrario (pruébame).
Y Smash & Grab también.

El público estaba caliente. Juliette & the Licks son sensuales por naturaleza y eso les hace muy especiales en directo. Debido a la impaciencia antes de los bises nos arrancamos en un "Oe oe oe" típico pero muy eficaz para mantener la emoción.

Cuarto MOMENTAZO: Juliette salta con una boina. Sí. Una boina. Y empiezan a tocar Dirty deeds, de AC/DC. Vibrante.

Quinto MOMENTAZO: el ya mítico momento en el que tocan todos la batería y llega Juliette a darle a los platillos. Para acabar con todos los miembros de la banda tocando un instrumento diferente en You're speaking my language. Bueno, menos la vocalista.

Es complicado resumir un concierto de Juliette and the Licks, simplemente por la cantidad de cosas reseñables que ocurren. Lo mejor que se me ocurre es:


El DVD firmado por ELLA después del concierto. Son la devoción por los fans.

Bola extra:


Dave Grohl, grabando las baterías de Four on the floor. El final es apoteósico.

Actualización:

Hot kiss



Ahí sale mi cabeza, con sus rizos. Y mi brazo. Juliette ya sin la camiseta. Admiren los detalles.

You're speaking my language - Jammed



El quinto MOMENTAZO.

Nos venden una vida cotidiana que no es la nuestra, no es la que decidimos: nos la diseñan. [...] El sistema necesita un anti-sitema.
Julián Hernández, entrevista en Rolling Stone nº 103

Leyendo la entrevista a Julián Hernández (Siniestro Total, of course) en la Rolling me ha dado por pensar en el último juego al que, como en los años mozos, me he enganchado en sesiones intensivas, aunque haya sido porque no voy a poder volver a jugarlo hasta el viernes. Lo que puedo hacer es hablar sobre él mientras tanto.
El GTA IV me ha dejado una sensación extraña. ¿De verdad es para tanto? No me malinterpreten, no hablo de la calidad del juego (como poco, extraordinaria), sino de las ya típicas reacciones en torno a las posibilidades de realizar ciertas cosas en el juego.
Tampoco se me ocurren demasiadas cosas que se pueden hacer que no se vean todos los días en las noticias. Ni siquera coger un helicóptero y ponerte a disparar a gente, ¿eh?
¿Hasta qué punto el GTA es un ejercicio de, digámoslo así, "revolución anti-sistema" como se pretende (y se vende)?

Cada día que pasa me parece más imposible llegar a ver un juego que verdaderamente se atreva a sacarse la polla y plantarsela a todo el mundo en la cara, con prepotencia, por el simple placer de hacerlo.

Al final, ir a un concierto de Juliette Lewis, como el del jueves en Barakaldo, va a ser lo más revolucionario que voy a hacer en la vida. Y ya será más de lo que hagan otros porque Juliette es MUCHO Juliette.

sábado, 3 de mayo de 2008

El Elegido




  1. Pasa con Mark Millar en The Ultimates, con John Cheever, o en multitud de relatos, pero en Chosen, del propio Mark Millar, la condición moral en la que el lector se encuentra es más importante que nunca: Asistimos a un largo flashback, a la crónica de un momento épico en pequeño lugar, y nos sentimos identificados con su protagonista hasta el hecho de acompañarle en su viaje hacia la confirmación absoluta de que es el hijo de Dios.


  2. En The Ultimates, o más marcado en Civil War, Millar obligaba a ser partidario de unos o de otros, lo peor de todo es que ser partidario de uno o de otro venía, al fin y al cabo, a ser lo mismo pero de distinto modo: Elegir al Capitán América o a Iron Man, nos llevaba al mismo paradero de violencia. En 'The Ultimates' el lector acababa apoyando ciegamente las actitudes destroyers de Iron Man, Capitán América o Nick Fury, y nos posicionábamos, como buenos escépticos, en contra de Thor. En 'El Ladrón de Shady Hill', Cheever narraba en primera persona, no la crónica de un pequeño robo, sino la crónica de una conciencia moral decaída, del proceso de autodestrucción de los remordimientos, y al ser contado en primera persona no sabíamos que el narrador/protagonista se había estado comportando como un auténtico imbécil desde que cometió aquel robo. El lector había estado, como se describe en el propio relato "Si hay una persona la cual detesto es el sentimental de poco seso, todas esas personas melancólicas que, por exceso de simpatía hacia otros, pierden el sentimiento intento de su propia esencia y merodean por la vida sin identidad(...) La humanidad desvalidad parece hollar las almas irrealizadas de esta gente." compadeciéndonos de él, entendiendo su caso.


  3. En El Elegido Mark Millar nos lleva hasta el paroxismo de todo lo dicho, hasta la máxima de las máximas: Acabamos de asistir al nacimiento del anticristo, es decir, la contraposición moral de TODO, En un sutil pero duro giro final nos damos cuenta de la gran mentira; nosotros también hemos sido el adolescente engañado que ha estado en la posición moral equivocada durante todas las viñetas. Al final, acepta su, probablemente, inexorable destino, pero termina diciendo que, al fin y al cabo, no es tan distinto del hijo de Dios. Hemos vivido una gran aventura, pero el gusto final es agrio. Y como en el relato de Cheever o como en 'The Ultimates'/Civil War, el/los protagonistas creían haber estado en la posición correcta.