viernes, 28 de marzo de 2008

La muerte y la brújula


"La teoría del conocimiento es ciencia ficción. Es lo que dice Borges, que
el conocimiento forma parte de un género fantástico"



  1. Lo decía Álex de la Iglesia en una interesantísima entrevista en Dirigido Por que acaba resultando mucho más gratificante(e incluso llegaba a engrandecerla) que su propia última película. Pese a que la película de Álex no le conseguía sacar todo el jugo a un tema tan interesante y desconocido como es la razón, pues 'Los Crímenes de Oxford' acaba siendo un tedioso y desconcertante enigma matemático disfrado de razonamiento hiper-complejo que acaba resultando todo lo contrario: Un absurdo juego para tapar un crimen lo que provoca la ruptura de todo el supuesto juego de razonamientos(que no llevan a ninguna parte...) y que otro aprovecha para realizar su propio plan, su propia matanza.

  2. ¿Qué relación tiene esto con el relato de Borges 'La muerte y la brújula'? Aparte de que consigue hablar sobre la razón de una forma más concisa y mucho más entretenida, Borges también jugaba al engaño con el lector( y el propio detective), el detective, una especie de supuesto Sherlock Holmes, que investiga el extraño caso, que, cuando cree tenerlo atado, acaba siendo-efectivamente- una estafa a un detective que parecía sabérselas todas. Él (algo que comparte con el personaje de Elijah Wood en 'Los crímenes...'), inconscientemente, ha provocado tres muertes.
  3. Si en 'Los crímenes de Oxford' las matemáticas eran una excusa y no llevaban a ninguna parte, en 'La Muerte y la brújula' resulta lo mismo con el simbolismo religioso. Al final, acaba siendo un juego deliberadamente preescrito para una simple venganza. La razón acaba llevándole a la muerte. Y sí, en el final, se insinúa la posibilidad de una realidad alternativa donde todo acaba igual pero de distinto modo. El inexorable camino hacia la muerte. La razón como género fantástico.

"-En su laberinto sobran tres líneas -dijo por fin-. Yo sé de un laberinto griego que es una línea única, recta. En esa línea se han perdido tantos filósofos que bien puede perderse un mero detective. Scharlach, cuando en otro avatar usted me dé caza, finja (o cometa) un crimen en A, luego un segundo crimen en B, en 8 kilómetros de A, luego un tercer crimen en C, a 4 kilómetros de A y de B, a mitad de camino entre los dos. Aguárdeme después en D, a 2 kilómetros de A y de C, de nuevo a mitad de camino. Máteme en D, como ahora va a matarme en Triste-le-Roy. "

Pueden leer el relato aquí: 'La muerte y la brújula'.

1 comentario:

El Miope Muñoz dijo...

Los Crímenes de Oxford (la novela) ya tenía una complejidad de estar por casa que tela marinera, era ya de por sí literaria, en este caso en su sentido más pantanoso. Por el resto, le felicito por su post, enérgicamente.