lunes, 29 de octubre de 2007

LA Ink - Welcome Home Kat


El principio de la serie es, como ya apuntamos, la catarsis personal resultante de las malas relaciones con su ex-jefe en Miami Ink. Pese a que desde varios sitios se cuestiona la veracidad de las malas relaciones esto resulta irrelevante para el análisis.
Y este es el punto diferenciador y que realmente me apasiona y encanta. La serie cambia la profundización (quizás aproximación sea más correcto) en el tatuaje per se que se ve en Miami Ink por el extremo narrativo opuesto proponiendo lo artístico como accesorio, como catalizador y dinamizador de las relaciones entre tatuadores y tatuados y entre los propios tatuadores. Y, claro, esta cabriola conceptual revienta todos los cánones de estilo de los reality shows de TLC (que, por si alguien no lo sabía, todos son básicamente iguales). Por esto resulta infinitamente más interesante que cualquier de estos.
Con todo esto se pueden visualizar las características que van a marcar el transcurrir de los episodios: desde conversaciones de una banalidad maravillosamente bohemia a momentos tiernos, emotivos o tristes. Y dado que cuatro de los cinco miembros de la tienda son mujeres todo esto se realza mucho más.

Que una de las primeras frases de Kat Von D sea: "Now I'm back in my hometown of L.A. and I'm single" muestra muy bien hacia donde se dirige la atención y es, claro, a la persona y las relaciones. Con sus obsesiones, como la de Kat con Los Angeles, sus filias y sus fobias.
La cabecera de la serie, con ese "Dancing with myself" de fondo, vuelve a redundar en los integrantes del grupo añadiendo la pasión por lo estético que acabará por ser otro pilar fundamental. Lo cual no deja de ser bastante lógico en un programa que trata sobre modificaciones artísticas de la piel de las personas.
Nada más terminar la cabecera, aparece otro de los elementos importantes, los monólogos cortos de los protagonistas en el que nos hablan sobre algún aspecto que hemos visto anteriormente en el capítulo. Sí, vuelta la burra al trigo.

Vemos la despedida de Kat de Miami Ink y, por supuesto, las lágrimas que estarán presentes en todos los episodios.

Se nos presenta a Pixie Acia, amiga íntima de nuestra protagonista, que se convierte en un personaje importante nada más aparecer. Con aspecto multicolor, como de piruleta, y con la lengua seccionada cual sierpe.

El primer tatuaje de Kat Von D en la serie es, como no podía ser de otro modo, a un actor de televisión (Six feet under) y cantante del grupo "Born as Ghosts", Eric Balfour que quiere un tatuaje que muestre su amor por Los Angeles como el de Kat. ¿Quién es el guapo que dice ahora que no a una serie con chicas, Rock Stars, skaters y tatuajes?.



Siguiente parada, Corey Miller, reputadísimo tatuador e ídolo de Kat, quien le pide que se una al equipo de tatuadores. En un principio, le surgen dudas sobre si empezar ese nuevo proyecto. Como ya sabemos que se une al equipo (sale en la cabecera) hay quien se ha quejado de que es una pantomima. ¿Importa?. Por supuesto que no.


En otra de las conversaciones de la serie nos presenta a su gato persa, Ludwig (otro de los ídolos y obsesiones, Beethoven). Que, increiblemente, aparece muchísimo más de lo que cabría esperar (¿no os encanta todo esto?).

Viajecito a Chicago para buscar a Kim Saigh, que nos cuenta lo de su divorcio, mientras tatúa a una chica que se acaba de divorciar. Por cierto, esta chica tiene una sonrisa preciosa.


Hannah Aitchinson es la segunda elegida por haber sido una mamá adolescente que ha triunfado en el mundo de los tatuajes, dominado por hombres. Quién lo diría a la vista de esta serie, por cierto.


El ultimo tatuaje, entre preocupaciones con la construcción de la tienda (de la que hablaremos más en profundidad más adelante), es a una chica que quiere el downtown Los Angeles en su brazo. Esto que puede resultar tan redundante que llega a parecer costumbrista pero es definitivamente divertido.

Y, en el próximo episodio, Steve-o.

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Escuchaba: Despistaos - Nada de nada
via FoxyTunes

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