domingo, 10 de febrero de 2008

No Country For Old Men




ANTI ÉPICA

Cuando hablan de No es país para viejos, suelen acabar hablando de Bardem como pilar solmene que sostiene la película. Por supuesto que Bardem encarna a un asesino implacable, amoral, y con un sentido del humor bastante peliagudo, incluso, con un problema cercano a Harvey Dent alias ‘Dos Caras’. Pero no, Bardem compone, y repito, una interpretación maravillosa, Josh Brolin como cowboy contemporáneo, como (anti) héroe nos propone un papel interesantísimo, lleno de ambigüedades morales, y putadas varias. Llewellyn (Brolin) es lo suficientemente listo como para engañar a Chigurh una vez, pero Chigurh, como gran antagonista que es, se vuelve mucho más hijo de puta una vez herido tanto físicamente como moralmente. De ahí a que la película, a partir de los personajes, esté llena de una tensión sempiterna, una huída con un final ya preescrito desde el momento que Llewellyn coge el dinero. Tommy Lee Jones(Sheriff Bell) es eje de unión entre los dos personajes, casi sin ambigüedades, semi-retirado, listo y justo, Tommy Lee Jones es aquel antiguo héroe que, con el paso de los años, ha acabado sumergido en una vida apática y sin complicaciones que, con la llegada de Chigurh, vuelve a recordar lo difícil que es todo. Por eso mismo, porque, en esta película, el malo tiene pocas opciones de perder, porque, además, los Coen nos muestran que es (casi, casi) humano y que sufre, aunque en el mismo momento que sufre, también son capaces de decirnos que es capaz de todo.

La Anti épica, aparte de residir en los personajes, se basa en las situaciones. Tommy Lee Jones no es capaz de plantarle cara a Chigurh. Llewellyn no es lo suficientemente capactidado. Y el personaje de Woody Harrelson( tan seguro de sí mismo como insuficiente ante Chigurh), que irrumpe en la narración, para mostrar, una vez más, la implacabilidad de Chigurh, y que la tensión vuelva a crecer hasta límites insospechables. Por ello la muerte de Brolin es tan anti épica como su personaje. Por ello Chigurh, paradójicamente, está a punto de morir por alguien que, precisamente, no lo perseguía, y al final sobrevive, y es entonces cuando el sheriff Bell, americano de primera, decide retirarse. No es país para viejos está llena de silencios que justifican los hechos.

1 comentario:

El Miope Muñoz dijo...

Una película compleja como lo era la novela de McCarthy.