miércoles, 19 de marzo de 2008

Pokemon


En estos días(ya hemos acabado las fallas) de fiesta y ajetreo, me dispongo, en un ataque de nostalgia, a jugar a la eterna Game Boy Color con la que un servidor ha crecido, de hecho, era con un viejo amigo de la falla y el colegio, con el que pasaba las fallas a ritmo de la Game Boy Color, con nuestro Pokemon, y nuestras partidas conjuntas.



Uno ahora revisa el Pokemon y descubre que no era tan genial como creía. Ni la serie ni el videojuego. La serie, pese cierto poder icónico en sus protagonistas, no ha conseguido permanecer en la retina del espectador de antaño. Si bien es cierto que no la han repuesto tanto como Dragon Ball, y obviamente, Pokemon no marcó( ni marcará) tantas generaciones como lo hizo Dragon Ball, pero eso es otro tema, aunque, precisamente, el videojuego carece de eso mismo: Años después el videojuego acaba siendo un RPG aburrido y obstinado a deteriorarse en el tiempo, convirtiéndose en una obra obsoleta(proporcionalmente a la serie, que sufre de las mismas carencias). Los videojuegos de Pokemon, antiguamente, daban al fan lo mínimo que pedía: Ser como Ash, vivir tu propia aventura Pokemon. Ahora, con los años, descubrimos la verdad: Los combates son aburridos y tediosos, ser Ash es doloroso, cansino y, por supuesto, nada cool.


¿Por qué? aunque la serie fue concebida como relevo generacional de la serie de Toriyama, acabó convirtiéndose en un entretenimiento rápido y convencional que se fue diluyendo todavía más conforme iban llegando nuevas temporadas. Pokemon había perdido toda la frescura que tuvo. ¿Fueron, quizás, los propios fans(o el marketing) quienes la fagocitaron? no me atreveré a responder la pregunta, pero hay algo claro: El tiempo la ha matado.


1 comentario:

Pablo G. dijo...

Con esa edad y ya tienes recuerdos?? jejeje
Saludos