lunes, 19 de noviembre de 2007

Ahora mismo estoy en clase, e intento que el sonsonete de voz que tiene el profesor no me desconcente a la hora de escribir esto. Es irritante.

Es uno de esos tipos que no sabe modular la voz y habla más alto de lo normal. Ocasionalmente interviene una compañera, que lo único que hace es comerle la polla al profesor regurgitando y repitiendo obviedades que este ha dicho segundos antes. Ascopena en estado puro.

Empiezo a murmurar; mi compañero de al lado me susurra que me controle.

Esta mañana he llegado bastante pronto al colegio; encima el primero, circunstancia que nunca me ha gustado. Extrañamente me he levantado pronto y bastante bien, descansado. Lo único que compensa los madrugones diarios es poder ver amanecer en el Cercanías de camino a Alcobendas; pero preferiría dormir un par de horas más. En dos días y medio de fin de semana he dormido casi 26 horas, genial. A esto se le llama compensar.

El Viernes de madrugada volvía en el buhometro a casa cargado: llevaba las dos cámaras y un par de posters, uno de Los cronocrímenes y otro del Cinemad.

Durante el pase, estuve atento a las reacciones del público; mucho más relajado y alegre que en Sitges, que previamente había escuchado a Vigalondo tan cansado como eufórico quejarse de que tuviera que ir a Trieste, Italia, a un festival de sci/fi; resultándole paradójica esta afirmación ya que el hecho de poder asistir era cumplir otra ilusión más. Segundos después hizo un gran, GRAN, spoiler; y se dio cuenta. Antes de la proyección tuvo que marcharse al aeropuerto.

Como siempre, yo grabando con la cámara. Como siempre.

Curiosamente no hablé con él durante la espera previa; en la calle le ví rondando entre asistentes y conocidos. Pero yo iba solo, cargado, cansado y deprimido; y ante la perspectiva de tener que presentarme otra vez, aunque haya buen rollo, hacía que me sintiese realmente ridículo. Todo esto mientras escuchaba la banda sonora de Southland Tales, que bien no hace que te sientas precisamente. Y para empezar, no sé cómo abordar a la gente en determinadas situaciones. Alvy Singer asegura que en este caso, se trata de un tipo difícil, amable y divertido a la hora de charlar y demás; y que realmente la única dificultad está en saber de qué hablar, cuestión menos importante que acabar pareciendo un fanático comepollas más (un love troll tambien se puede usar para esto), cosa que tamposo eres desde el primer momento en el que te das cuentas que cualquiera (tú, tu familia, tus ídolos, amigos, etc) son personas tan imperfectas y maleables con todos los fallos y logros que puedan tener.

No es que sea pesimista ni que me esté poniendo misántropo. Simplemente reconoces que nadie es intocable, y que en ocasiones fallos e imperfecciones hacen que esa persona resulte mucho más humana. Yo no adoro a tótems ni erijo diosesm solamente sigo la carrera y la vida de determinadas personas que pueden fallar y fracasar, o no, y/o ser capaces de lo mejor y lo más invariablemente perfecto que pueda existir.

O no.

Creo que eso es lo que me diferencia de cualquier pajero aleatorio, racionalizar esa reacción tan visceral que alude a sensaciones como la euforia, expectación, esperanza, ilusión, etc. Redundo una vez más, pero con un enfoque diferente. O algo así. Como siempre.

Antes de entrar a la sala y esperar en plena calle durante tres cuartos de hora, corría por Fuencarral pensando que llegaba tarde a recoger la invitación en las taquillas.

Desde donde vive Miguel, gran amigo mío, los autobuses son una mierda y tuve que volver a Casa de Campo para coger el metro en vez de poder ir a ópera en autobus. Habíamos estado viendo en su casa Transformers, película que valoro cada vez más y que es diversión pura y concentrada.

Coches de Transformers viendo su propia película.

Otro día hablaré de la quedada en la que vimos Miguel, Obi (ya los conoceis de mis videos) y yo tres películas: What is it, Hot Milk, y John Liu en México.

Miguel.


2 comentarios:

Saturos de Neraka dijo...

Viva transformers y viva el rey ostias ya!

dani dijo...

Me encanta el término ascopena. Puedo empezar a usarlo masivamente, por desgracia.